Al comprender cómo aprende realmente el cerebro, reconozco la importancia de cuestionar métodos tradicionales y basar la enseñanza en evidencia científica. Esta toma de conciencia me impulsa a transformar mi forma de aprender y enseñar, con estrategias que respeten el funcionamiento natural del cerebro.
Referencia de esta manera este artículo: (norma APA)
KaiZenSoul. (2025). ¿Cómo enseñas a tus hijos o alumnos? recuperado de: https://kaizensoulglobal.com/2025/04/12/borrador-automatico/
Resumen:
Durante décadas, se han enseñado métodos educativos y estrategias de estudio basados más en la intuición que en la ciencia. Uno de los mitos más populares es el de los “estilos de aprendizaje”, que asegura que cada persona aprende mejor si se le enseña de forma visual, auditiva o kinestésica. Sin embargo, investigaciones neurocientíficas recientes han demostrado que esta creencia no solo carece de fundamento empírico, sino que puede limitar el desarrollo cognitivo de los estudiantes. En este artículo, desglosamos los hallazgos más recientes de la neuroeducación para exponer cómo realmente aprende el cerebro y por qué es hora de transformar radicalmente nuestras prácticas educativas.
Introducción: Lo que creíste sobre aprender… puede estar equivocado
¿Te dijeron que eras “visual” y por eso debías estudiar con dibujos? ¿Que si eras “auditivo” debías escuchar clases grabadas?
Este enfoque, aunque ampliamente difundido, no tiene respaldo en la neurociencia actual. El artículo de Guillén Rodríguez y Guillén Ruiz (2025) demuestra que muchas prácticas pedagógicas siguen basadas en mitos, sin considerar lo que la ciencia ha comprobado sobre el funcionamiento real del cerebro.
La llamada “teoría de los estilos de aprendizaje” es uno de los neuromitos más populares y persistentes. Aunque puede parecer lógico adaptar la enseñanza a supuestas preferencias sensoriales, la evidencia científica no ha encontrado que esto mejore significativamente el aprendizaje (Howard-Jones, 2019). De hecho, puede ser contraproducente, al limitar la exposición de los estudiantes a otras formas de aprender y procesar información.

Neuroplasticidad: el cerebro se adapta, no se encasilla
Uno de los hallazgos más poderosos de la neurociencia es el de la plasticidad cerebral. El cerebro humano tiene la capacidad de reorganizar sus conexiones neuronales como respuesta al entorno, al aprendizaje y a la experiencia. Esto significa que no nacemos con un único modo de aprender, sino que podemos desarrollar múltiples formas de adquirir conocimiento.
Este principio de adaptabilidad contradice directamente la idea de que debemos enseñar a cada alumno según su “estilo fijo”. En cambio, se recomienda promover estrategias que estimulen diversas áreas del cerebro, como el uso combinado de estímulos visuales, auditivos y kinestésicos —lo que se conoce como aprendizaje multimodal (Mayer, 2009).
¿Qué sí funciona? Estrategias respaldadas por la neurociencia
Según la revisión sistemática realizada por Guillén Rodríguez y Guillén Ruiz (2025), hay varias estrategias pedagógicas que tienen fuerte respaldo empírico:
- Repaso espaciado: Estudiar en diferentes momentos distribuidos en el tiempo, en lugar de una sola sesión intensiva. Esta técnica fortalece la memoria a largo plazo (Roediger & Butler, 2011).
- Evocación activa: En lugar de releer pasivamente, es mejor intentar recordar la información sin verla. Esto fortalece las conexiones neuronales y mejora la capacidad de recuperación en situaciones reales (Karpicke & Blunt, 2011).
- Enseñanza a otros: Explicar lo aprendido a un compañero refuerza la comprensión y promueve la consolidación del conocimiento (Sousa, 2017).
- Ambientes multisensoriales: El uso de estímulos diversos (música, colores, movimiento) favorece la atención y la retención.
- Emociones positivas: El cerebro aprende mejor cuando está emocionalmente involucrado. El refuerzo positivo y la retroalimentación constructiva son esenciales para el aprendizaje significativo (Immordino-Yang & Damasio, 2018).
Los riesgos de los neuromitos: ¿por qué importa?
Creer en neuromitos como los estilos de aprendizaje no es un error inocente. Estos conceptos erróneos condicionan la formación de docentes, el diseño de políticas públicas y la experiencia educativa de millones de estudiantes. Como indican Dubinsky et al. (2022), la falta de formación neuroeducativa en el profesorado es una de las principales barreras para modernizar la enseñanza.
Además, aplicar mal estas teorías puede reforzar desigualdades. Si asumimos que un estudiante solo puede aprender de una manera, le negamos el acceso a otras formas de exploración cognitiva.

Conclusión: La educación necesita ciencia, no suposiciones
Es hora de romper con las creencias anticuadas y diseñar experiencias de aprendizaje basadas en lo que sabemos que funciona. La neurociencia educativa nos da herramientas para crear clases más efectivas, inclusivas y motivadoras. Pero para lograrlo, debemos desaprender muchos de los mitos con los que fuimos formados.
Entonces… ¿te mintieron en la escuela? Probablemente sí.
Pero ahora sabes la verdad. Y esa verdad puede transformar la forma en que aprendes, enseñas… y educas al mundo.
Referencias
- Guillén Rodríguez, P. Y., & Guillén Ruiz, A. A. (2025). Cómo aprende el cerebro: aplicaciones de la neurociencia en la educación. Una revisión sistemática. RECIAMUC, 9(1), 16–31. https://doi.org/10.26820/reciamuc/9.(1).ene.2025.16-31
- Howard-Jones, P. A. (2019). Neuroscience and education: Myths and messages. Nature Reviews Neuroscience, 15(12), 817–824.
- Roediger, H. L., & Butler, A. C. (2011). The critical role of retrieval practice in long-term retention. Trends in Cognitive Sciences, 15(1), 20–27.
- Karpicke, J. D., & Blunt, J. R. (2011). Retrieval practice produces more learning than elaborative studying with concept mapping. Science, 331(6018), 772–775.
- Mayer, R. E. (2009). Multimedia Learning. Cambridge University Press.
- Immordino-Yang, M. H., & Damasio, A. (2018). We feel, therefore we learn: The relevance of emotions to brain, science and education.
- Dubinsky, J. M., Roehrig, G., & Varma, S. (2022). Infusing neuroscience into teacher professional development. Educational Researcher, 51(1), 30–42.
- Sousa, D. A. (2017). How the brain learns. Corwin Press.
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