El lado oscuro de la ciencia: Semmelweiss y la lucha contra la ignorancia

Introducción

El progreso científico no siempre es bien recibido, especialmente cuando desafía las creencias establecidas o pone en entredicho el prestigio de ciertos sectores. A lo largo de la historia, muchos descubrimientos han sido rechazados antes de ser finalmente aceptados, a veces con consecuencias trágicas para sus autores. Este artículo explora el caso de Ignaz Semmelweiss, un médico que descubrió la importancia del lavado de manos en la prevención de infecciones, pero cuya teoría fue ignorada y ridiculizada por sus contemporáneos, lo que finalmente lo llevó a la desesperación y la muerte.

A partir de la revisión de los análisis de Carl Hempel, filósofo de la ciencia, y Louis-Ferdinand Céline, novelista francés, se analizarán los distintos enfoques que han tratado de explicar el rechazo a Semmelweiss, así como las implicaciones epistemológicas y sociológicas de su trágica historia.

1. El contexto médico en el siglo XIX

A mediados del siglo XIX, la medicina aún se encontraba en una etapa primitiva en cuanto a la comprensión de las infecciones y su prevención. En los hospitales de Europa, miles de mujeres morían de fiebre puerperal, una infección grave que ocurría después del parto. En algunos centros hospitalarios, la mortalidad alcanzaba el 30% de las pacientes.

En el Hospital General de Viena, donde trabajaba Ignaz Semmelweiss, se observó un fenómeno inquietante: la tasa de mortalidad en la Primera División de Maternidad, donde los partos eran atendidos por médicos y estudiantes de medicina, era considerablemente más alta que en la Segunda División, donde las mujeres embarazadas eran atendidas por comadronas.

Semmelweiss quedó perplejo ante esta diferencia y comenzó a buscar una explicación. A través de la observación sistemática, formuló una hipótesis revolucionaria: los médicos y estudiantes transmitían la infección de los cadáveres a las mujeres al no lavarse las manos correctamente después de realizar autopsias.

Imagen de IA generada por DALL·E. (2025)

2. El descubrimiento y su impacto

Semmelweiss propuso una solución simple pero efectiva: el lavado de manos con una solución de cloro antes de atender a las pacientes. La implementación de esta medida tuvo un impacto inmediato: la tasa de mortalidad se redujo drásticamente.

Sin embargo, en lugar de ser celebrado por su descubrimiento, Semmelweiss enfrentó una fuerte oposición. Los médicos se sintieron insultados ante la idea de que ellos mismos pudieran ser la causa de las muertes de sus pacientes. En la comunidad médica de la época, predominaba la idea de que las enfermedades eran causadas por “miasmas” o malos aires, y la noción de que la higiene personal podía evitar infecciones no era ampliamente aceptada.

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El rechazo a Semmelweiss no fue solo intelectual, sino también institucional. Su superior, el doctor Klin, lo despidió y la mayoría de sus colegas ignoraron sus hallazgos.

3. La reacción de la comunidad médica y el rechazo a Semmelweiss

El caso de Semmelweiss ilustra cómo la resistencia al cambio y la negación de la responsabilidad pueden obstaculizar el progreso científico. Según Carl Hempel, la comunidad médica de la época operaba bajo una lógica positivista y formalista, lo que significaba que cualquier conocimiento debía ajustarse a los principios establecidos. En este contexto, la idea de Semmelweiss no encajaba con las explicaciones dominantes y, por lo tanto, fue descartada.

Por otro lado, Louis-Ferdinand Céline abordó la historia de Semmelweiss desde una perspectiva más humana y trágica. Para Céline, la historia de Semmelweiss era el reflejo del drama humano en la ciencia: un hombre enfrentándose a una institución rígida, donde el orgullo, la arrogancia y la tradición pesaban más que la evidencia empírica.

En su libro Semmelweiss (1952), Céline describe la lucha de Semmelweiss como una batalla contra la ignorancia institucionalizada, donde sus adversarios no solo lo rechazaron intelectualmente, sino que además lo ridiculizaron y aislaron, llevándolo a una espiral de desesperación.

Imagen de IA generada por DALL·E. (2025)

4. La caída de Semmelweiss: de la frustración a la locura

Tras años de rechazo, Semmelweiss comenzó a mostrar signos de inestabilidad emocional. En su desesperación, escribió cartas abiertas atacando a sus colegas, a quienes llegó a llamar “asesinos” por no adoptar su método.

En 1865, Semmelweiss fue internado en un manicomio contra su voluntad. Solo dos semanas después, murió tras ser golpeado brutalmente por los guardias del hospital, con heridas infectadas, la misma enfermedad que había intentado prevenir.

5. Reconocimiento póstumo y la reivindicación de su teoría

Irónicamente, años después de su muerte, la comunidad científica comenzó a aceptar la teoría de Semmelweiss. Con el descubrimiento de los gérmenes por Louis Pasteur y los avances en higiene hospitalaria impulsados por Joseph Lister, la importancia del lavado de manos se convirtió en un estándar médico.

Hoy, Semmelweiss es reconocido como el “salvador de las madres”, pero su historia nos deja una lección clara: la verdad científica no siempre es aceptada de inmediato, especialmente cuando desafía las creencias establecidas o amenaza el estatus de ciertos grupos.

Conclusión

El caso de Ignaz Semmelweiss es un claro ejemplo de cómo el progreso científico puede ser frenado por el orgullo, la tradición y la resistencia al cambio. A pesar de haber demostrado con datos contundentes que el lavado de manos reducía drásticamente la mortalidad materna, su descubrimiento fue rechazado, ridiculizado y él mismo fue marginado hasta su trágica muerte.

El análisis de Carl Hempel destaca la resistencia epistemológica de la comunidad científica, mientras que Louis-Ferdinand Céline resalta el drama humano detrás de la lucha de Semmelweiss. Ambos enfoques nos recuerdan que la ciencia no avanza únicamente por descubrimientos, sino también por la aceptación social e institucional de nuevas ideas.

Hoy, Semmelweiss es recordado como un pionero de la higiene hospitalaria, pero su historia sigue siendo una advertencia sobre los peligros de la rigidez intelectual y la falta de humildad en la ciencia. Su vida nos deja una lección invaluable: la verdad, por más evidente que sea, puede ser ignorada si desafía estructuras de poder y creencias arraigadas.

Referencias

• Hempel, C. (1966). Filosofía de la ciencia natural. Alianza Editorial.

• Céline, L.-F. (1952). Semmelweiss. Alianza Editorial.

• Revista de Sociología. (s.f.). El lado oscuro de la ciencia: Hempel y Céline sobre Semmelweiss.

• Lakatos, I. (1971). La metodología de los programas de investigación científica.

• Pasteur, L. (1878). Teoría germinal y sus aplicaciones en medicina y cirugía

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